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El cristianismo (del latín christianismus, y este del griego χριστιανισμός)[2] es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret. Es la religión más extensa del mundo con un número estimado de 2400 millones de seguidores, siendo el catolicismo la confesión cristiana con más fieles (1360 millones).[1][3][4][5][6][7]
Es una religión diversa tanto cultural como doctrinalmente. Sus principales ramas son el catolicismo, el protestantismo y la ortodoxia. Sus adherentes, llamados cristianos, comparten la creencia de que Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios y el Mesías (en griego, Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento y que sufrió, fue crucificado, descendió al infierno y resucitó de entre los muertos para la salvación de la humanidad.
Surgió del judaísmo[8][9][10] a mediados del siglo I d. C.[11][12] en la provincia romana de Judea. En sus primeras décadas, el cristianismo era considerado por algunos como una doctrina sectaria de las tradiciones judías ortodoxas.[13] Los primeros líderes de las comunidades cristianas fueron los apóstoles y sus sucesores los padres apostólicos. Este cristianismo primitivo se extendió, pese a ser una religión minoritaria y perseguida, por Judea, Siria, Europa, Anatolia, Mesopotamia, Transcaucasia, Egipto y Etiopía. Durante estos primeros siglos, los Padres de la Iglesia gradualmente consolidaron las doctrinas del cristianismo y elaboraron el canon del Nuevo Testamento.[14]
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia griega —más antigua que el Tanaj en su forma actual—, la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes biblias cristianas. Por este motivo, el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
En el año 301, el reino de Armenia, bajo el reinado de Tiridates III, se convirtió en el primer estado en oficializar el cristianismo.[15] En el año 311, se decretó el Edicto de Tolerancia de Nicomedia, que da fin a la persecución contra los cristianos en el Imperio romano. Dos años después, en el año 313, los emperadores Licinio y Constantino I reconocieron la libertad de cultos y legalizaron el cristianismo mediante el Edicto de Milán; luego de lo cual se formuló el credo niceno. En el año 380, el emperador Teodosio I convirtió al cristianismo en la religión oficial del Imperio romano,[16][17][18] convirtiendo al Imperio en un estado confesional y teocrático. Desde entonces, el cristianismo ha sido, en sus diferentes ramas, la religión dominante en el continente europeo y ha influido de manera significativa en la cultura occidental y en muchas otras.
La Iglesia de los primeros concilios ecuménicos se conoce frecuentemente como la «Gran Iglesia», porque la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y las Iglesias ortodoxas orientales estaban en plena comunión.[19] Debido a disputas cristológicas, la Iglesia del Oriente se separó luego del Concilio de Éfeso (431) y las Iglesias ortodoxas orientales se separaron tras el Concilio de Calcedonia (451). La Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa se separaron en el "gran cisma" de 1054, en parte por diferencias acerca de la autoridad del papa de Roma. El protestantismo, aunque es en realidad un conjunto de denominaciones, aparece por primera vez durante la Reforma protestante del siglo XVI, por lo que percibían como importantes desviaciones teológicas y eclesiológicas de la Iglesia católica.[20] Como respuesta a la Reforma protestante, la Iglesia católica celebró el Concilio de Trento (1545-1563) e impulsó la Contrarreforma. Con el descubrimiento de América y la expansión europea el cristianismo se extendió por América y otras partes del mundo.